CASO 1
Un ciclo sin salida
Planteamiento del caso
En el centro de día en el que realizo las prácticas profesionales (Centro de día de menores) se llevan a cabo intervenciones socioeducativas, para prevenir la exclusión social de los usuarios, que forman parte de familias desfavorecidas del municipio. Los menores están agrupados por edades, estableciéndose de esta manera tres grupos generales; un grupo de menores de 9-12 años, otro de medianos de 13-15 años, y un último grupo de mayores de 16-18 años. Cada grupo tiene asignado su equipo de educadores y educadoras; no obstante, la situación sobre la que reflexiono y he apercibido es que estos menores entran en su grupo en función de la edad que tienen, pero su estancia en el centro es perpetua hasta que cumplen la mayoría de edad, sin producirse una salida del menor a otros servicios o recursos más “normalizados1”, independientemente de que su situación tanto familiar como personal, varíe, tanto de forma positiva, como negativa.
1 De acuerdo a la ORDEN de 17 de enero de 2008, de la Conselleria de Bienestar Social, por la que se regula la organización y funcionamiento de los centros de protección y el acogimiento residencial y de estancia de día de menores en la Comunitat Valenciana, el principio de actuación de normalización, indica que la cultura organizacional del centro atenderá al principio de normalización de la vida cotidiana, de modo que se proporcionen a los menores experiencias similares, en lo fundamental, a las de cualquier niño de nuestra sociedad. Se evitarán los signos externos que favorezcan la estigmatización mediante el etiquetamiento y la marginación de los menores.
CUESTIONES
- ¿Qué tipo de intervención se lleva a cabo en el centro, y por qué cree que se produce esta situación?.
- ¿De qué forma influye y afecta a los menores y a los profesionales del centro, este ciclo permanente?.
- ¿Que soluciones y alternativas plantearia para romper este ciclo permanente?.
Propuesta de soluciones
1.- ¿Qué tipo de intervención se lleva a cabo en el centro, y por qué cree que se produce esta situación?.
Se trata de un centro de protección de menores de atención diurna o centro de día de menores. Concretamente, centro de día de apoyo convivencial y educativo. (ORDEN de 17 de enero de 2008, de la Conselleria de Bienestar Social, por la que se regula la organización y funcionamiento de los centros de protección y el acogimiento residencial y de estancia de día de menores en la Comunitat Valenciana). La intervención que se lleva a cabo principalmente es preventiva (Vélaz de Medrano, C., 2002), proporcionando a niños y adolescentes una serie de servicios de apoyo socioeducativo y familiar a través de actividades de ocio, cultura, ocupacionales y rehabilitadoras, potenciando su desarrollo personal e integración social con el objeto de favorecer su proceso de normalización y autonomía personal.
El caso se centra concretamente en el área de atención a menores y en el ámbito de trabajos de educación social con menores y adolescentes en centros de menores conflictivos, hogares protegidos y residencias para menores. (Senra Varela, M., 2012).
Tras una valoración de los educadores de los servicios sociales municipales, tanto del ámbito personal como familiar y social del menor, se realiza un informe con derivación al recurso (centro de día de menores), y con unas pautas a trabajar sobre el menor, por los educadores del centro, como por ejemplo; reforzar su autoestima, habilidades de vida, apoyo escolar, etc.
El menor accede al centro de día y no causará baja hasta que no cumpla la mayoría de edad o deje de acudir al centro por decisión propia y/o de sus padres o tutores legales. Desde mi punto de vista esta situación se da por diversas causas:
- En un principio, la valoración y evaluación que se lleva a cabo, clasifica al menor como; menor en riesgo de exclusión social. Es posible que el riesgo de exclusión pueda disminuir o variar por el tiempo, pero no se vuelve a valorar y evaluar su situación personal y familiar, sino solo sus conductas y comportamientos, quedando etiquetado el menor como "en riesgo" de manera permanente
- No se realizan derivaciones, cuando son necesarias y precisas, hacia otros recursos por parte de los profesionales del centro, ni de los servicios sociales municipales, de ningún menor.
- Los programas y actividades que se llevan a cabo con el menor, no se ajustan ni son directos a las pautas y directrices que marca la valoración y evaluación de derivación por los servicios sociales del municipio.
- La plaza del menor en el centro de día, y su asistencia, se podría catalogar como de voluntaria. Es decir, se recomienda desde los servicios sociales del municipio, la asistencia del menor al centro de día. Posiblemente esto implique que una intervención más directa sobre el menor haga que éste se cansé y abandone la asistencia al centro; en este sentido, las intervenciones son más duraderas, costosas y es posible que esto impida derivar al menor hacia otros servicios o recursos.
- La voluntariedad en cuanto a la asistencia al centro de menores, implica que estos dejen de acudir cuando les parezca y/o que la asistencia sea muy intermitente, no pudiendo los profesionales llevar a cabo una intervención continuada, y por tanto no llegue a solucionarse el caso, prolongándose así la estancia del menor en el centro.
2.- ¿De qué forma influye y afecta a los menores y a los profesionales del centro, este ciclo permanente?.
Menores:
Los aspectos que destaco más significativos con respecto a este ciclo que se produce en el centro son los siguientes:
- Los menores se encuentran "acomodados" a las actividades y programas que les interesan, pero no a aquellas que implican obligación y compromiso, como por ejemplo el apoyo escolar, u otras más relacionadas con las pautas a seguir indicadas en el informe de derivación de los servicios sociales municiapales.
- Muchos de ellos, sobre todo los más pequeños, encuentran el centro de día como un punto de encuentro y reunión, en el que comienzan a crear nuevas amistades y a reforzar otras. Este es un aspecto importante desde mi punto de vista, que crea dependencia de asistencia al centro, no queriendo abandonar el mismo.
- Durante mucho tiempo, las actividades y programas que se llevan a cabo son las mismas, muy repetitivas y crea en los menores una rutina y dependencia al centro.
- Los profesionales del centro y los servcios sociales del municipio, no conciben realmente que la intervención del centro se debe mantener sólo en la medida en que los problemas requieran ese tipo de intervención especializada, llegando por regla general el menor a cumplir la mayoría de edad.
- Los educadores crean un vínculo y relación con los usuarios muy estable y duradero en el tiempo, de manera que puede impedir al profesional en cierta medida, derivar el caso hacia otros recursos cuando sea preciso.
- La estancia larga y duradera de los menores en el centro, sin derivación alguna y sin casos solucionados, produce en algunos profesionales cierto grado del síndrome de burnout o desgaste profesional (Perea Quesada, R., 2011).
3.- ¿Que soluciones y alternativas plantearia para romper este ciclo permanente?.
- Cuando se deriva al menor hacia el centro de día desde los servicios sociales municipales, el centro, elabora un PII (Programa de Intervención Individual). Dicho plan, esta en consonancia con las pautas y directrices del equipo profesional que ha realizado la valoración y evaluación del menor para derivarlo al centro. El PII, debe ajustarse más a la intervención que se lleva a cabo con el menor; es decir, priorizar la intervención sobre aquellos aspectos del menor que le supongan un adificultad personal o comunicacional en su proceso de inserción social y educativa. De esta manera, su estancia en el centro podrá ser menos duradera al llevar a cabo una intervención más directa.
- Muchos menores están en el centro por la situación familiar en la que se desarrollan. Es conveniente cada cierto tiempo, 4 ó 5 meses, volver a realizar un diagnóstico (García Tenorio, P. y Mudarra Mª J., 2010) de la situación familiar, porque es posible que haya variado. En un sentido más positivo por lo que el menor ya no tendría que estar en el centro, o en un sentido más negativo, por lo que el menor es posible que deba continuar en él, o derivarse a otros servicios o recursos más especializados.
- Tanto los educadores como las familias y el menor, deben concienciarse y entender que la intervención del centro se mantendrá sólo en la medida en que sus problemas requieran esta intervención especializada.
- En principio, la intervención educativa debería de dirigirse más a facilitar la inserción del menor en su medio de origen, procurando ofrecerle experiencias que garanticen su transición a la vida adulta.
- Llevar a cabo una educación más activa y emancipadora. Fomentar la responsabilidad en el menor, sobre su propia educación, con el fin de que protagonice su inserción y acceda al autogobierno de su proceso personal.
- Abordar los casos desde un punto de vista más interdisciplinar, desde distintas perspectivas profesionales implicadas en la acción socioeducativa.
Recursos
Martín-Cuadrado, A., Gallego-Gil, D.J. y Alonso C.M. (2012). El Educador Social en Acción: De la Teoría a la Praxis. Madrid, España: Ramón Areces.
ORDEN de 19 de junio de 2003, de la Conselleria de Bienestar Social, por la que se regula la tipología y condiciones materiales y de funcionamiento de los Centros de Protección de Menores, en la Comunidad Valenciana.
ORDEN de 17 de enero de 2008, de la Conselleria de Bienestar Social, por la que se regula la organización y funcionamiento de los centros de protección y el acogimiento residencial y de estancia de día de menores en la Comunitat Valenciana.
Vélaz de Medrano, C., (2002). Intervención educativa y orientadora para la inclusión social de menores en riesgo. Factores escolares y socioculturales. Madrid, España: UNED.
Senra Varela, M., (2012). La formación práctica en intervención socioeducativa. Madrid, España: Sanz y Torres.
Perea Quesada, R., (2011). Educación para la salud y calidad de vida. Madrid, España: Díaz de Santos.
García Tenorio, P., Mudarra Mª J., (2010). Diagnóstico en educación social. Madrid, España: Sanz y Torres.
Castillo Arredondo, S., Cabrerizo Diago, J. (2011) Evaluación de la intervención socioeducativa. Agentes, ámbitos y proyectos. Madrid, España: PEARSON EDUCACIÓN, S.A.
Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores Sociales (2007), Documentos Profesionalizadores. Barcelona, España: Asociación Estatal de Educación Social - ASEDES
www.bsocial.gva.es/portal/portal?id=S
www.serviciosdepaterna.es/es/servicios/area-servicios-sociales
www.alborgi.paterna.biz/PaternaAlborgi2.htm#CentroDia
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